Den gracias al Señor, porque Él es bueno; porque para siempre es Su misericordia (1 Crónicas 16:34)
No se embriaguen c on vino, en lo cual hay disolución, sino sean llenos del Espíritu. Hablen entre ustedes con salmos, himnos y cantos espirituales, cantando y alabando con su corazón al Señor. Den siempre gracias por todo, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, a Dios, el Padre. (Efesios 5:18-20)
Es bueno tener un día especial para hacer una pausa en este torbellino llamado vida y dar gracias, pero no debería ser necesario promulgar un feriado nacional para obligarnos a ser agradecidos. Todo lo bueno que viene a nuestras vidas proviene de nuestro Padre celestial (Stg. 1:17), y tú y yo deberíamos acostumbrarnos a tener una actitud de gratitud. Cuando las cosas se ponen difíciles, es fácil quejarse o volverse criticón. Pero, en lugar de eso, trata de dar las gracias. Si transformáramos el agradecimiento en un recurso automático, en lugar de criticar o quejarnos ante cualquier situación, ¡oh, qué felices seríamos! Si pasamos más tiempo haciendo un inventario de lo que tenemos en lugar de lo que no tenemos, nos convertiremos en personas más satisfechas. Tenemos que re-programar nuestra forma de pensar (Fil. 4:8).
Pablo instó a los tesalonicenses a dar gracias en cualquier circunstancia, pues Dios así lo quiere (1 Ts. 5:18). No podemos ver el panorama completo en cada situación. Romanos 8:28 nos recuerda que Dios actúa en todas las situaciones y que las resuelve para nuestro bien y su gloria. Es por esto que podemos estar agradecidos, sabiendo que nuestro Padre está tras bambalinas trabajando en sus propósitos soberanos en nuestras vidas. Así es como podemos alabarlo cuando todo parece estar bien, y también cuando pensamos que no lo está.
Mira hacia atrás en tu vida y piensa en cómo las aguas de la prueba te han transformado en una piedra lisa, ¡como las que recogió David para derrotar a Goliat! El Señor utiliza las penas y las luchas para conformarnos a la imagen de su Hijo y hacer de nosotros instrumentos útiles para su gloria.
A menudo no nos damos cuenta del poder de la gratitud en nuestras vidas. Tener un corazón agradecido nos ayuda a ver correctamente el pasado y nuestras experiencias presentes. También afecta a largo plazo las vidas de quienes nos rodean y trae gloria a Dios.
Original: http://anchorsforlife.org/the-power-of-a-thankful-heart/
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