Una memoria de Hudson Taylor:
«En cierta ocasión estaba predicando las buenas nuevas de salvación, y mientras hablaba de la obra consumada de Cristo, un hombre se puso de pie y testificó ante todos sus compatriotas reunidos allí acerca de su fe en el poder del evangelio. Él dijo:
'Hace mucho tiempo que estaba en busca de la Verdad', dijo con sinceridad, 'así como mis padres lo hicieron antes que yo; pero nunca la encontré. Viajé lejos y cerca, pero sin encontrarla. No encontraba descanso en el confucianismo, ni en el budismo, ni en el taoísmo; pero encuentro descanso en lo que he oído aquí esta noche. De ahora en adelante soy un creyente en Jesús'.
Este hombre había sido uno de los ministro principales de una secta de budistas reformados en Ningbo. Poco tiempo de haber confesado su fe en el Salvador, hubo una reunión de la secta que antes había presidido. Lo acompañe a dicha reunión, y allí, ante sus ex-correligionarios, él testificó de la paz que había obtenido al creer en Jesucristo. Poco tiempo después, uno de sus antiguos compañeros se convirtió y bautizó. Actualmente ambos han partido a la presencia del Señor.
El primero de estos continuó predicando a sus compatriotas las buenas nuevas de gran gozo. Pocas noches después de su conversión, él preguntó hace cuanto el evangelio había llegado a Inglaterra. Y le respondieron que lo conocíamos hace algunos cientos de años.
'¡Qué!' dijo asombrado; '¿Es posible que por cientos de años ustedes han poseído el conocimiento de estas buenas nuevas y, sin embargo, solo han venido ahora a predicarlas a nosotros? Mi padre estuvo en busca de la verdad por más de veinte años, y murió sin encontrarla. ¡Oh! ¿Por qué no vinieron antes?'
Toda una generación ha pasado (NdT. y varias más desde que esto se escribió) desde que esta dolorosa pregunta se formuló; ¿pero cuántos, (¡ay!) pueden repetir la misma pregunta en la actualidad? Más de doscientos millones han partido a la eternidad desde entonces sin haber recibido una oferta de salvación. ¿Cuánto tiempo durará esto, y las palabras del Maestro ("a toda criatura") quedarán sin atender?»
Hudson Taylor
Traducido de www.juengerschaft.org